miércoles, 30 de mayo de 2012

Celda

Encerrada en esta celda ya por 4 semanas no logro ver la luz...Sólo veo los barrotes gastados y oxidados de la que se supone es una ventana. Pero esa ventana debe ser la de su alma, porque está sucia...muy sucia como para dejar pasar un rayo de luz que me de calor y me recuerde que la vida merece vivirse, aún con las penas que nos llegan. Encerrada en esta celda de dolor e incomprensión no veo el exterior, no veo las posibilidades que los demás ven, porque la burbuja de cristal que rodeaba mi atmósfera y que me mantenía a salvo de los problemas mundanos ha desaparecido. Mi mundo tal cual lo conocí por tantos y tantos años me parece  un sueño del que ya desperté. Ya sé lo que describen aquellas metáforas románticas sobre corazones rotos o partidos, porque ahora mismo necesito el pegamento más resistente que pueda reparar el daño. No siento hambre ni frío, me he convertido en un ente sin alma y con mil preguntas que rondan la mente..Mente, mente traicionera que me presentas una y otra vez las imágenes de ese pasado que ya no sé si es realidad o sueño. ¿Es esta  vida la mía? ¿como la conozco ahora? O era la anterior a estas 4 semanas? Mis preguntas no son más que una búsqueda desesperada de razones que sustenten alguna teoría que sea capaz de explicar lo inexplicable. ¿Quién me explica lo que me está pasando? La ventana de su alma está sucia y de paso ha ensuciado la mía. En la celda hay una pecera y quiero entrar ahí. Quiero volverme pequeña y entrar...para nadar y nadar y decidir si deseo salir a flote o no. En este momento la pecera es mi salida de esta celda.

Hoy es otro día y sigo en la celda. No entré a la pecera, afortunadamente. Me dormí escuchando a los ángeles que se acercan para ver cómo sigo. Me despertó la luz de la ventana y me siento mucho mejor. Los ángeles que vienen a visitarme se quedan bien pegaditos a mí y no me abandonan, sus cantos son mi alimento hoy en día. Algunas veces vienen los demonios a tratar de arrastrame através de los barrotes, ellos tienen ese poder, me podrían volver tan flaca que me sacarían entre los fierros de la celda. Pero no los dejo y nunca los dejaré.

La sangre que circula por mis venas este día es mi combustible. Ya veo la luz...muy tenue, pero ahí está. Escucho a los ángeles hablar, a veces me escriben, y leo cada palabra más de una vez. Debo poner atención a lo que me dicen y ser capaz de ayudarme. Soy fuerte. Soy Luz. Limpio mi cara y mi vestido y de pronto veo que los ángeles me han dejado un espejo en la celda. Me acerco y ahí está....Aparece mi luz...Miro mi nariz y dentro de todo lo que veo al mirarla, me llama la atención el hecho de que gracias a ella y a unos órganos más, estoy respirando. Respiro. Esa es mi nariz, no de otro, no de nadie. Es mía. Es mi cuerpo, es mi pelo, es mi cara y son mis ojos. Mis ojos son ventanas después del temporal, pero ahí siguen. Me asomo por la ventana y sé que hay mucho allá afuera, pero lo que es mejor aún, es que sé que hay mucho aquí mismo...dentro de mí.  Dentro de mí hay un jardín lleno de luz, rayos de sol, árboles frutales y las flores más lindas. Yo soy Luz y Vida.  Respiro cada día mejor y la soledad no me acompaña más, porque soy fuerte.

Oh! Ángeles de la tierra vengan a mí con una cuerda que resista tanto peso y pueda sacar mi alma de esta celda oscura...Nunca me dejen, porque yo estoy acá, estoy viva y Respiro por mi propia nariz.... por la de nadie más.



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