martes, 10 de agosto de 2021

El Beso que no fue

La mujer que protagoniza este pequeño relato tiene 30 años, de los que sólo ha sido consciente de haber vivido 10, pues antes fue una eterna espera de lo que se venía. Tiene la piel blanca con un brillo que atrae y los ojos negros coronados por una estrella permanente. Es sabia a su manera e ingenua de una forma que embelesa. Su cabello es largo como los sueños que se fabrica cada noche. 

La encontramos absorta en sus pensamientos, pero siempre prestando atención a los detalles que la rodean, pues es responsable con sus deberes. Al mirarla, podemos descifrar que está determinada en lo que sea que esté elucubrando. De hecho, sí, se encuentra en un juramento solemne. 
Jura que ya no sentirá nada si él le habla nuevamente. Jura que ya no tendrá una onda rebelde en el estómago si él la mira con esos ojos únicos que la transportan a otros momentos. Momentos que sólo han existido en su mente. Jura cada día que eso quedó en el ayer y que después de haberlo tenido para ella, en sueños, cientos de veces, noche tras noche, ya lo olvidó. Ella está terminando una relación inexistente. 
Jura que sólo quedará en una fantasía de su mente y que aunque pudiera, nunca concretaría las imágenes que han rondado por su cabeza como espíritus del pasado, del presente y del futuro.
Si queremos, podemos entrar a ver las escenas que han nacido de su gran imaginación. Primero, podemos ver la que es más recurrente. Imaginen que un hombre y una mujer están conversando, intercambiando opiniones sobre las noticias del día o quizá intentando definir la mejor ruta para el envío de los productos. Si alguien pasa y los ve conversando, seguramente pensaría que son solo dos colaboradores que están haciendo su trabajo. Sin embargo, lo que pasa entre ellos está lejos de ser una plática regular de dos personas que trabajan juntas.  En ese minuto uno de ellos cae en cuenta de que llevan un largo tiempo conteniendo las ganas de sacar el sentimiento que anidan en el alma desde hace mucho y por qué no decirlo, en la sangre que comienza a hervir cuando se encuentran. Ambos mirando los labios del otro, los ojos del otro, el pecho del otro que refleja una respiración diferente, algo mucho más agitado que de costumbre. Imaginen que un hombre ya no aguanta más las ganas de acercarse un poco más a la mujer que más ha deseado en la vida, pero que no puede tener. Imaginen que él sucumbe finalmente a sus ganas de acercarse de forma pasional. Con rapidez y fuerza casi desmedida la toma de un brazo y con la otra mano rodea su cintura, acercándola a su pelvis con ese movimiento veloz y certero. La toma con fuerza para dejar claro que ella le pertenece aunque en contrato civil no sea así. Una vez que está pegada a él, sin escapatoria, sin casi poder respirar de la sorpresa y emoción, él busca su boca para besarla desesperadamente. Lo logra y ambos se funden en el beso más esperado del que hayan tenido memoria. Un beso tan magnífico que logra darles la sensación de estar en un torbellino que los eleva mientras las nubes se arremolinan a su alrededor. Suben, suben y giran sin descanso. Habían anhelado tanto ese beso que el tenerlo les trajo un golpe de energía nunca antes sentido. 
Era un beso largo, grande, tremendo que llenaba la habitación por completo y sus mentes sentían culpa y dicha a la vez. ¿Cómo había sido tan poderosa la fuerza de la atracción que los hizo cometer un error imperdonable? ¿A cuántas personas estaban dañando con sus acciones? ¿Cuántos pecados estaban añadiendo a los muchos otros pequeños sin nombre que ya tenían en la lista? Este pecado es más grave y mucho más concreto. 
Las dudas y sentimientos de culpa no eran tan poderosos como el placer que sentían al tenerse cerca el uno del otro. La idea había estado tantos años en sus mentes que ya parecía una certeza y entonces éste era el curso correcto de los hechos a seguir. No había opción para este par de seres humanos que ahora califican de adúlteros, irresponsables y egoístas. 
Un minuto. Respiremos de forma consiente y volvamos a la realidad. La verdad es que no son pecadores ni infieles, porque todo esto está pasando en la cabeza de una mujer apasionada. Una mujer que no lleva sangre en las venas, sino fuego. Cuando habla con sus cercanas dice que está viviendo su mejor momento y aunque no tiene el amor que ella espera de un hombre, dice ser feliz.  Pero no vamos a adentrarnos en la vida que ella lleva, ni en la vida que lleva él, porque nada de eso importa cuando dos cuerpos se atraen a través de las ventanas del alma. Cuando se reconocen al mirarse, cuando saben que sus dos mundos interiores chocarán de la forma más impresionante que se pueda esperar si llegan a tocarse.... Si llegan a tocarse, se encenderá una llama eterna. ¿Hay algo más privado y sublime que un beso? Un beso bien dado. Un beso que deje raíces. Un beso entre dos locos apasionados el uno por el otro. 

Ella quiere saber si lo que siente por él es real y si él siente lo mismo. Desafortunadamente, nunca tendrá el conocimiento. Él nunca se lo dirá. Ella nunca preguntará.
Ella seguirá soñando cada noche con las imágenes que se irá inventando a medida que pase el tiempo y cambien las circunstancias. 
Finalmente, dejarán de verse, de mirarse y de encontrarse en las situaciones cotidianas y ella avanzará en la vida, en los años y en las arrugas. 

Ella envejecerá, pero nunca dejará los ojos azules atrás. No podrá zafarse del azul intenso del mar caribe. No podrá olvidar las sonrisas que él le regaló tantas veces sin saber que para ella eran un regalo preciado. Él nunca lo supo y tampoco pasó por su mente que su sola presencia incitaba los alocados sueños que ella tenía.  Al menos eso es lo que ella cree . 
Mientras, no podemos más que especular si de verdad él nunca sintió la energía poderosa que emanaba de los ojos de esta mujer de fuego ¿Nunca sintió el campo de fuerza que había en el espacio entre los dos cuerpos conversando sobre contratos o firmas? ¿No se percató de las excusas tontas que ella inventaba para poder acercarse a él? ¿Nunca quiso alejarse cuando ella se aproximaba hasta entrar en su espacio personal? Siempre lo hacía. Era tanta la familiaridad que ella sentía al estar en la misma habitación que él, que tal como si fuera un imán, avanzaba sin tener límites. Si él estaba de pie, ella se paraba a su lado mirando en la misma dirección, como diciéndole, estoy acá, al lado tuyo, y es donde quiero estar. Le decía en voz baja, te acompaño en el viaje imaginario, aunque éste dure solamente un par de minutos o 1 día. 

Entonces, ¿él sabía? ¿Lo sentía? No podremos saberlo.  

Ella se despidió un día de invierno, porque debía partir. Lo llamó con el nudo en la garganta para decirle que quería verlo para decirle adiós. Él, como siempre, muy amable, muy cálido le dijo que la estaría esperando. Hubo palabras de afecto y de buena crianza, además de los ofrecimientos de ayuda, en caso de ser necesario. También hubo sonrisas y ella logró con mucho esfuerzo poder contener sus lágrimas. ¿Puede alguien realmente contener las lágrimas al despedirse de un amor?  Ella sí pudo, porque en ciertas ocasiones la vida no nos deja tener lo que queremos  o ya no es el tiempo para luchar por los sueños. Existen ocasiones que nos muestran que el Universo es caprichoso al máximo nivel y aunque hayas crecido escuchando de tu madre bien intencionada que lo que quieras puedes tener o lograr si te lo propones, no lo podrás tener ni lo podrás lograr.  Los trenes se pierden, los vuelos se reprograman, las oportunidades se nos escapan y los sueños, a veces, quedan en eso. 

Libertad y Sensatez

 Cada vez que la veía cruzar la calle hacia el negocio de la esquina, se apresuraba a salir bajo cualquier excusa. Avisaba con un grito a quien estuviera en casa que debía salir a comprar un paquete de servilletas o una caja de fósforos, lo que fuera. La verdad es que nadie necesitaba las servilletas, fósforos o las velas de cumpleaños que llevó una vez, pero debía simular un encuentro casual que no dejara salir su verdad a los ojos de los demás: él estaba obsesionado con ella, con su presencia, con el conjunto de elementos que se reunían en un todo para hacerla una mujer inigualable.

Si él le contase a sus amigos las cosas que pasaban por su mente en esas salidas a comprar al negocio de la esquina, lo tildarían de iluso, porque nadie puede estar en la flor de la juventud y querer coincidir con una mujer de 40 años. Lo que ninguno de ellos sospecha es que se trata de sentimientos mucho más nobles como la sensatez y el amor que se disfrazan de locura. Amor, porque es eso lo que sentía cada vez que la miraba e imaginaba las situaciones en su mente y sensatez , porque era un chico muy sabio al poder concluir que si pasaba su vida al lado de ella, sería muy feliz. Tenía la certeza de que su  satisfacción sería completa en todos los ámbitos que una relación romántica puede tener. 
¿Quién es este sensato ser? Un muchacho de 25 años, buscando trabajo aún, porque aunque obtuvo buenos resultados académicos, la realidad del país era dura, por lo que seguía en la villa que lo vio nacer, en casa de sus padres, soñando con la oportunidad de un trabajo digno que le diera  los medios para poder declarar su amor y ofrecer un futuro de felicidad y estabilidad.  Él es un ente que en vez de estar pensando en ir a fiestas con sus pares, sólo deseaba llegar a casa para poder inventar excusas que le dieran la chance de salir a la calle y verla, saludarla, por qué no decirlo, olerla. No lograba identificar su aroma o encasillarlo como uno solo, porque cada vez era diferente, pero siempre olía bien y acercarse a ella era como abrir una caja de bombones, no sabías lo que iba a encontrar, pero sí sabía que sería delicioso. 
Su aroma lo elevaba hasta el sitio en el que podía soñar despierto, sentado entre nubes sintiendo la comodidad del amor. 
Ella, a sus ojos tenía muchas cualidades, pero por sobretodo le gustaba la forma en la que se plantaba frente al mundo, como con la actitud de quien no tiene nada que perder, ni ganar. No sabe porqué, pero tenía la certeza de que ella había sorteado ya las más fieras batallas y había salido victoriosa. Siendo una mujer con presencia y opinión definida, la gente de la cuadra la admiraba y, podemos deducir que si se admira a una mujer en una cultura machista, se habla de ella a sus espaldas. Se le critica y se comenta sobre sus acciones pasadas o sobre cómo gasta en mantener su apariencia o como le habla al dueño del almacén, cosas tan triviales que no nos detendrán en el relato.  Entonces, su vida da para largas conversaciones entre personas que llevan una vida de tardes rutinarias e interminables. ¿Cómo no van a hablar de ella? 
Ser intensamente fiel a sí misma trae terribles consecuencias. Como por ejemplo la envidia de las demás mujeres que no han logrado descubrirse por completo o la envidia de los hombres que han crecido en un ambiente severamente machista que no toleran ver a una mujer brillar o tener su opinión. 
En los breves minutos y a veces segundos que podía acercarse a ella, la miraba en cada gesto y detalle de sus expresiones faciales. La absorbía por completo. Podría decirse que la respiraba. Al verla por esos cortos minutos, podía después imaginar que la tenía cerca. 
Una tarde de invierno, después de que había caído la lluvia toda la mañana y se podía respirar el olor a tierra mojada mezclado con todos los olores de la ciudad, que en definitiva, no son tan desagradables si se presta la atención adecuada, él despertó de la siesta con una fuerte exhalación. Había sido una siesta involuntaria, pero reparadora. Despertó de golpe, pensando que la hora de ir a comprar para poder tener la chance de verla se le había pasado. 
Preguntó si iba por pan para tomar "once" y la respuesta fue negativa. Pensó en qué podría ir a comprar con los pocos pesos que tenía en los bolsillos y decidió salir sin haber tomado la decisión. 
Mientras caminaba, la divisó de lejos y el vértigo se apoderó de su estómago. Pensó que ahora sería el día en que podría hablarle para comenzar una amistad, primeramente..una relación después, quizás. En esos segundos fue cuando tomó la decisión final. Era ese el día. No sería más un cobarde y le hablaría. 
A medida que se iba acercando, sentía cómo el corazón latía con la fuerza de una máquina perfecta y cómo quería arrancarse de su pecho. la cara estaba roja y las manos inquietas. 
"Hola" le dijo a la mujer inigualable de hermosos 40 años. Ella sonrío y respondió "Hola". 
Desde ese segundo en el que ambos se saludaron y se miraron a los ojos en la calle cerca del almacén de barrio han pasado 10 años. 
Ella aún sigue tan hermosa y aromática como ese día y él sigue tan enamorado y sensato. Ambos caminan de la mano mientras respiran la tranquilidad que da la felicidad.
Él fue muy sabio y ella muy libre... tan libre que dejó los cálculos matemáticos y los prejuicios de lado y se sumergió en la mirada del amor.
Ambos comparten el camino de esta vida que nos trae a la tierra cuando es el momento exacto.

lunes, 17 de marzo de 2014

Buscar el Click!

Todos tenemos malos días, pero no es necesario hacer de ese mal día el ejemplo a seguir cada día de esa semana, del mes o del año entero!!

  Soy una convencida de que podemos hacer el click del cambio en ese cierto momento en el que recapacitas...cuando te fumas un cigarro en la noche y piensas, repiensas, o ves una foto de un paisaje increíble, recuerdas el momento romántico que te quitó el habla en esa ocasión....quizás te encuentras con alguien que te sonríe o te dice algo agradable, leíste un mail del pasado que te hizo retomar la buena onda etc.....Ufff!! tantas cosas que te pueden ayudar a hacer el "click" y cambiar de sentirte miserable a sentirte agradecida. 

 Ahí es donde uno encuentra la fuente de la armonía. Definitivamente. Mirar, palpar, sentir, respirar y dar gracias por los ojos tiernos que te miran, por los llamados de tu madre o padre, por las chuchadas que derepente salen tan divertidas!, por tener la cama que te recibe sin condiciones, por el café que te calienta el alma...por ser partícipes de este viaje espectacular. Somos pasajeros todos y obviamente hay malos días y días de perro y todo se ve más que negro...osea, NO SE VE, pero si buscamos el pseudo-mágico click en vez de que llegue sólo, todo se hará más fácil. Se los dice una treinteañera, madre de tres críos, separada, próxima a ser divorciada, felizmente emparejada y trabajadora a tiempo completo. Toda esta locura necesita de la conciencia de querer estar bien y no sólo de esperar estar bien.

Buena suerte a todos los pasajeros!!!

martes, 12 de junio de 2012

Sobrevalor

No ser egoísta. Aprender que el mundo entero no gira al rededor nuestro. Entregar sin esperar nada a cambio. Aprender a recibir el cariño que se nos ofrece de manera incondicional. Recibir un sentimiento de cariño y afecto hacia nosotros sin poner condiciones en la entrega. Apreciar las pequeñas muestras de afecto de los consaguíneos y de los afecto adquiridos a lo largo de la vida. Aprender a respetar los sentimientos de los demás y no echarse a morir creyendo que sólo uno es el que sufre.

Todos sufrimos, todos en distinta medida y cada día. Creo que hemos sobrevalorado la felicidad, pues todos esperamos ser felices como si eso fuera vivir en un estado permanente de gozo y paz interior. No es así, y no creo que haya alguien en este mundo que pueda rebatir. Es imposible creer que existen personas que viven en ese estado de excitación  permanente, sonrientes por la vida, alegres y optimistas, cada minuto de sus días. Claro que sí hay personas que son optimistas por naturaleza y nos contagian con su alegría; sin embargo, claro que se han visto inmersas en las mismas preguntas que todos los mortales de esta tierra...¿por qué a mí? ¿lo estaré haciendo mal? ¿por qué no me quiere? ¿estaré siendo muy estricta? ...o en esas afirmaciones que asoman cuando nos sentimos miserables: nadie me entiende, nadie me quiere, nadie me valora...y así podría seguir. Todos ellos y todos nosotros nos vemos en ese escenario de vez en cuando. Así que la felicidad tal cual se le pinta, no existe. Creo firmemente en la flexibilidad de pensamiento y en la bondad. Ser flexibles  al enfrentar distintas situaciones nos hace más empáticos con los demás, por  lo tanto, más abiertos a posibles escenarios y más propensos a encontrar distintas soluciones a los problemas. La bondad viene derivada de la empatía, pues si veo al otro sufrir me pongo en su lugar y le tiendo una mano, o me imagino la reacción de ese otro quien recibirá mi ayuda sin esperarla y eso me satisface.

Por eso siempre digo hoy me siento feliz y no, soy feliz........ quizás lo diga, pero es temporal, nunca permanente. Prefiero intentar ser generosa, empática, bondadosa y flexible....así llegan más momentos que brindan satisfacción y no ando en búsqueda de la olla de oro al final del arco iris.

Si todos hicieramos ese intento podríamos tratar de lidiar con la complicada naturaleza humana.



viernes, 1 de junio de 2012

Desde adentro

Ya es viernes acá en el sur. Está lloviendo y los colores de mi vista son mayoritariamente grises, con sólo un toque de verde. Mi espacio hoy está lleno de energía. El lugar que ocupo en el universo y en este sector del planeta es mi espacio y hoy está completamente repleto de energía positiva y de luz. Hoy siento felicidad extrema. Pero más que nada, agradecimiento. Hoy quiero agradecer estar viva y respirando. Hoy sólo quiero expresar que de tantas recetas sobre la felicidad, de tantos tips, de tanto leer sobre la dicha oculta en nuestros corazones puedo decir que HOY se hace presente. Sé que cada uno de ustedes la conoce y la ha vivido. Pero no todo en mí es dicha y felicidad , esto es pasajero, porque para que yo haya llegado a este punto hoy, ese preciso día de junio, han pasado muchos eventos que me hicieron ver el infierno...Días de llanto, de incertidumbre y culpa extrema. Días y noches de preguntas sin ninguna respuesta, de cuestionamientos absurdos y sentimientos ajenos que me inundaban. De odiar a quien me lastimaba, porque al parecer yo lo había lastimado primero, pero según cada mundo interno el paisaje cambia y ya nada es certeza. Quién lastimó a quién,  quién odia a quién... Nada que hacer.

Para llegar acá hoy pasé por muchas penas..hasta por un guión macabro que el destino me tenía preparado, algo así como una historia de esas que nadie cree al escucharlas porque parecen sacadas de programa de radio, pero sí....Tengo a cuestas una de esas historias y ya me ven acá: Agradeciendo a Dios y a la vida todo lo que me ha hecho pasar para ser quien soy AHORA, en este escritorio.

Ustedes seres que leen, presten mucha atención, porque a pesar de no ser tan mayor, las he visto muy negras, muy torcidas y me han faltado 10 mil respuestas a las 10 mil preguntas que he creado. Presten atención cuando les digo que cada día tiene la potencialidad de convertirse en un día de felicidad...No importa qué tanto daño te han hecho. No importa cuánta plata debes. No importa cuántos enemigos tengas. No importa el saldo de tu cuenta corriente o vista, ¡como sea!  Ni qué harás de almuerzo, ni dónde comerás, ni si comerás o no...Porque a parte de las hormonas que son las únicas que conozco tienen el poder de hacernos sentir MISERABLES, aparte de esas locas amigas, no existe nada en el mundo, NADA ni NADIE que merezca que nos sintamos infelices. ¿Para qué? ¿Tiene algún sentido sentirse mal o infeliz?  ¿Sentirse infeliz traerá una suerte de milagro a tu vida?¿ o llegará ese ser celestial a salvarte si "justo" "justo" en ese momento te sentías el ser más miserable de la ciudad???? ...NO.-..

Eso no va a pasar. Entonces te digo, Párate, levántate, avanza y camina, mira a tu lado, ¿quién está? No me digas que no hay nadie, porque salvo que estés en una isla desierta, eso NO es posible.  Mira al lado, mira tu familia, mira los ojitos de los niños, mira sus caritas, mira los ojos de tu madre o de tu padre, de tus hermanos. Párate. Sal de ese estado de autodestrucción que , en serio, no sirve. Sí, puedes permitirte pensar en lo que te hace sufrir, a veces suspirar y pensar, por qué a mí? Un ratito solamente. Ok, te concedo eso. Pero a esa pregunta de por qué a mí, le darás SOLO UNA respuesta.................. Porque así es el juego de la vida, porque tenemos que ganarle y ser felices desde adentro y no desde afuera. Porque sin dolor temporal no hay sensación de VICTORIA. Porque sin sufrimiento pasajero no hay conocimiento de la FELICIDAD permanente.

Por eso.


miércoles, 30 de mayo de 2012

Celda

Encerrada en esta celda ya por 4 semanas no logro ver la luz...Sólo veo los barrotes gastados y oxidados de la que se supone es una ventana. Pero esa ventana debe ser la de su alma, porque está sucia...muy sucia como para dejar pasar un rayo de luz que me de calor y me recuerde que la vida merece vivirse, aún con las penas que nos llegan. Encerrada en esta celda de dolor e incomprensión no veo el exterior, no veo las posibilidades que los demás ven, porque la burbuja de cristal que rodeaba mi atmósfera y que me mantenía a salvo de los problemas mundanos ha desaparecido. Mi mundo tal cual lo conocí por tantos y tantos años me parece  un sueño del que ya desperté. Ya sé lo que describen aquellas metáforas románticas sobre corazones rotos o partidos, porque ahora mismo necesito el pegamento más resistente que pueda reparar el daño. No siento hambre ni frío, me he convertido en un ente sin alma y con mil preguntas que rondan la mente..Mente, mente traicionera que me presentas una y otra vez las imágenes de ese pasado que ya no sé si es realidad o sueño. ¿Es esta  vida la mía? ¿como la conozco ahora? O era la anterior a estas 4 semanas? Mis preguntas no son más que una búsqueda desesperada de razones que sustenten alguna teoría que sea capaz de explicar lo inexplicable. ¿Quién me explica lo que me está pasando? La ventana de su alma está sucia y de paso ha ensuciado la mía. En la celda hay una pecera y quiero entrar ahí. Quiero volverme pequeña y entrar...para nadar y nadar y decidir si deseo salir a flote o no. En este momento la pecera es mi salida de esta celda.

Hoy es otro día y sigo en la celda. No entré a la pecera, afortunadamente. Me dormí escuchando a los ángeles que se acercan para ver cómo sigo. Me despertó la luz de la ventana y me siento mucho mejor. Los ángeles que vienen a visitarme se quedan bien pegaditos a mí y no me abandonan, sus cantos son mi alimento hoy en día. Algunas veces vienen los demonios a tratar de arrastrame através de los barrotes, ellos tienen ese poder, me podrían volver tan flaca que me sacarían entre los fierros de la celda. Pero no los dejo y nunca los dejaré.

La sangre que circula por mis venas este día es mi combustible. Ya veo la luz...muy tenue, pero ahí está. Escucho a los ángeles hablar, a veces me escriben, y leo cada palabra más de una vez. Debo poner atención a lo que me dicen y ser capaz de ayudarme. Soy fuerte. Soy Luz. Limpio mi cara y mi vestido y de pronto veo que los ángeles me han dejado un espejo en la celda. Me acerco y ahí está....Aparece mi luz...Miro mi nariz y dentro de todo lo que veo al mirarla, me llama la atención el hecho de que gracias a ella y a unos órganos más, estoy respirando. Respiro. Esa es mi nariz, no de otro, no de nadie. Es mía. Es mi cuerpo, es mi pelo, es mi cara y son mis ojos. Mis ojos son ventanas después del temporal, pero ahí siguen. Me asomo por la ventana y sé que hay mucho allá afuera, pero lo que es mejor aún, es que sé que hay mucho aquí mismo...dentro de mí.  Dentro de mí hay un jardín lleno de luz, rayos de sol, árboles frutales y las flores más lindas. Yo soy Luz y Vida.  Respiro cada día mejor y la soledad no me acompaña más, porque soy fuerte.

Oh! Ángeles de la tierra vengan a mí con una cuerda que resista tanto peso y pueda sacar mi alma de esta celda oscura...Nunca me dejen, porque yo estoy acá, estoy viva y Respiro por mi propia nariz.... por la de nadie más.



Desorden

Hoy no es un día fácil. Hay tanto que escribir, pero nada que ordenar. Las ideas flotan en mi cabeza de manera desordenada y no sé bien si hoy me levanté sin ganas de nada o si mi cuerpo y sus sustancias químicas me jugaron una mala broma. No sé mucho hoy. Sé que soy madre, que soy mujer, que amo, que ordeno, que cocino, que trabajo, traduzco, ejecuto ordenes, saco fotocopias y escaneo, redacto e-mails, organizo eventos, llevo al doctor, compro remedios, voy al supermercado, llevo a guitarra, conduzco....Sueño con ser la mejor de las madres, me culpo cuando no resultan las cosas, me culpo cuando reto a mis hijos, siento que soy muy dura con ellos a veces, pero hasta ahora sigue dando resultados...Adoro cuando ellos me muestran que no lo he hecho tan mal, a pesar de todo.....A pesar de haberles quitado el papá tiempo completo. Pff! te dicen tantas cosas para que seas una persona sana y feliz, pero las culpas ahí están. Son como mochilas que decidimos cargar sin importar nada más. Te dicen que todo lo que pasa es para mejor, y por la cresta que duele saber que es verdad!. Es verdad que uno no puede mantener un matrimonio por los niños solamente, es verdad que si ya no hay amor, nada resulta. Pero, ahí está la culpa que cargamos a diario todas las mujeres que en algún punto no nos sentimos conformes con nuestra vida en pareja y sin pensarlo mucho, o pensarlo demasiado, tomamos la decisión de cortar el vínculo con el padre de nuestros niños. Culpa se llama y no tengo vergüenza de sentirla. Ni de admitir que existe en mi alma hasta que la erradique. La culpa una mochila que a veces se nos queda en casa y otras se nos olvida que está, pero que la mayoría de las veces nos pesa el doble... La hacemos pesar el doble.
Estoy harta de sentir culpa por todo. Y todos estos temas están tan manoseados... Últimamente somos todos psicólogos que tenemos la película tan clara con respecto a los que nos acontece...todo tan clarito. Sabemos todo! pero ahí seguimos...sufriendo, penando, pensando, torturándonos....Todos hacemos lo mismo ¿o todas?
Bueno, quiero seguir escribiendo pero mi cabeza sigue en desorden y no sé en qué termine este artículo.
Prefiero escribir de nuevo cuando esté con la certeza de lo que quiero escribir.

Hoy quiero ser desorden.